Los ritmos sumergidos de Pye Corner Audio y la electrónica ectoplásmica rondan las salas de baile en desuso y los abandonos de concreto de Belbury.
Es posible detectar los ecos de John Carpenter, las bandas sonoras de Italo-horror y una especie de fusión posterior al rave en la disco sumergida y electrónica espectral de Martin Jenkins. Consumado productor e intérprete en vivo, este artista ha expandido el pasado paralelo imaginario de Ghost Box hacia un futuro alternativo de concreto y fantasmas.