“Me comprometo a ser fiel a mis principios, tocar música repetitiva y mecánica, y también esa canción que dejará un recuerdo imborrable en tu mente, a seguir buscando vinilos en cajas de saldo, a seguir usándolos como único formato posible y llevarlos a clubs oscuros y brumosos donde congeniar con gente que baila sin postureos, con las personas de verdad y los auténticos freaks. Soy consciente de que el Techno es un negocio hoy en día. Me siento extremadamente afortunado de poder vivir de lo que más amo en la vida. Mentiría si dijera que no quiero llegar al máximo de gente posible, pero jamás condicionaré mi estilo de producir y pinchar para ello”
Así de contundente y claro se muestra Héctor Oaks aka Cadency en este manifesto y nosotros, como buenos freaks que somos, no podemos más que asentir enérgicamente. Héctor es sin duda uno de los valores en alza del techno nacional. Afincado ya en Berlín, es DJ residente de Herrensauna y Bassiani y dirige el sello Oaks. Desde allí se proyecta con una oferta cada vez más amplia y rica y con una apretada agenda de actuaciones que le ha llevado a una gira por China o tomar parte en la emergente escena de Tiblisi.
Pero todo esto no significaría nada, si no fuera por lo que es capaz de comunicar como artista y como persona. Cuando uno escucha una de las sesiones o uno de las producciones de Héctor Oaks o le oye hablar en una entrevista o le sigue en Facebook es difícil no enamorarse de su contagioso entusiasmo. Cuando cuenta su devoción por el vinilo, por el formato físico que pesa, que acumula polvo y se debe clasificar en estanterías ocupando cada uno su espacio como un mosaico de nuestras propias vivencias y recuerdos, uno no puede evitar una identificación absoluta. Cuando narra su periplo vital de Madrid a Berlín (su lugar de residencia actual) para fundirse fascinado en una escena de clubs respetuosa, sabia, curiosa y llena de ganas de bailar uno quisiera haberle acompañado. Cuando describe su profundo amor por la música, por la búsqueda constante de nuevos sonidos y sensaciones, admitiendo siempre lo mucho que le queda por aprender y la excitación que produce cada nuevo paso y cada nueva puerta abierta, nos recuerda aquellos primeros descubrimientos que nos marcaron para siempre, y nos invita a recuperar esa emoción que a veces creemos perdida en el cinismo de “esto ya me lo conozco y no necesito escucharlo”. No, la emoción, el entusiasmo, la excitación y el baile son siempre posibles y necesarios, solo es cuestión de desearlo. Como deseamos ver, escuchar y sentir a Cadency en el b2b que ofrecerá junto a CEM, para trasladar una de las fiestas más aclamadas en Berlín, Herrensauna a la pista de MUGAKO.